Mascotas: Deyecciones en Peligro

En el siglo que nos toca vivir, el perro ha dejado de ser el principal transmisor del virus de la rabia, siendo los casos denunciados de característica excepcional. Sin embargo, otros agentes de enfermedades que pudieran evitarse lo tienen nuevamente de protagonista.

Tal es el caso de Toxocara Canis, parásito que elimina con las heces, y a partir de las mismas se contagian los humanos, sobre todo niños. El Toxocara por vía sanguínea se localiza en los ojos y es causa de ceguera. Las estadísticas son escalofriantes. En los centros de referencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se diagnostica un caso por semana.

¿Cuáles son las medidas preventivas que deberíamos poner en práctica?

  • Es primordial que los dueños de perros los hagan desparasitar en forma periódica.
  • Evitar que los animales defequen en o cerca de los lugares donde juegan niños.
  • No es suficiente con recoger las deyecciones, ya que pueden quedar parásitos en los restos. El viento y las lluvias pueden diseminarlos.
  • Los perros vagabundos son potencialmente más peligrosos.
  • Los paseadores de perros deberían usar caniles donde los animales evacuen y luego aplicar parasiticidas.
  • En síntesis, hay mucho por hacer y ya deberíamos haber comenzado: LA CEGUERA es irreversible.

Para recordar

Las obligaciones de los dueños de animales se ven regidas por la Ordenanza Municipal nº 41.831

Para los paseadores de perros también hay exigencias.

Los inspectores del Gobierno de la Ciudad deben ir acompañados por un agente de policía, pedir documentos al infractor y poder labrar el acta correspondiente.

Las obligaciones, que debemos cumplir, son:

  • recoger las deposiciones caninas,
  • no llevar al animalito suelto sino con collar y bozal,
  • no atar a los animales en los monumentos o aun mobiliario urbano como rejas, postes o bancos de plaza,
  • y especialmente para los paseadores no pueden llevar más de 8 animales cada uno y deben estar inscriptos en el Registro de Paseadores.

Estas medidas deben ser una obligación de buenas costumbres entre ciudadanos, porque es una forma de vivir en una ciudad limpia, porque la moda del paseador supera las expectativas y fundamentalmente porque si no sabemos cuidar nuestra propia salud ni la de nuestros hijos tampoco cuidaremos la de la sociedad.

Nota publicada en “La Gaceta” mayo 2006

Por: DR. Hugo J. R. Cola

Vecino de nuestro barrio.